Desde que nacemos, ante nosotros se abre un potencial de posibilidades de aprender y desarrollar nuestras capacidades físicas, motoras, sociales y mentales. Esto, aunado a una buena estimulación, nos permitirá sentar las bases para una educación de primer y segundo ciclo, además de la formación de los valores sociales.
Esto es posible gracias la enseñanza de la Primera Infancia y que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se define como un periodo que va del nacimiento a los ocho años de edad, y que constituye un momento único del crecimiento en que el cerebro se desarrolla notablemente. Durante esta etapa de la niñez se recibe una mayor influencia de sus entornos y contextos.
Para este organismo, la atención y este tipo de educación no solo contribuye a preparar a las niñas y niños desde la escuela primaria. Se trata de un objetivo de desarrollo holístico de las necesidades sociales, emocionales, cognitivas y físicas, con miras a crear los cimientos amplios y sólidos de su bienestar y aprendizaje a lo largo de toda la vida.
La enseñanza de Primera Infancia tiene el potencial de forjar a los ciudadanos abiertos, capaces y responsables del futuro.
Es precisamente por ello, que los especialistas coinciden en la importancia de invertir en la enseñanza de Primera Infancia, pues con ello se fortalece el desarrollo de los recursos humanos de un país, se promueve la igualdad entre los sexos, además de que se incentiva la cohesión social. Sin embargo, lo más importante, es que reducen las desigualdades a nivel educativo.
Bright Spot Learning Center es un espacio de aprendizaje especializado en la Primera Infancia, ya que se respeta el crecimiento en cada etapa de la niñez y se busca que las niñas y niños aprendan a través del juego y del desarrollo socio-emocional, todo en un ambiente lleno de amor.
“Este tipo de enseñanza nos permite educar a los niños y niñas confiados en sí mismos y en lo que son capaces de lograr, además de que contribuimos al desarrollo de su creatividad y los incentivamos a que pongan en practica todas sus capacidades. Lo que buscamos es que se relacionen de forma positiva con su entorno natural y social, pues el objetivo es que sean capaces de crear sus propios valores universales”, comentó Rebeca Chavarría, educadora y directora general de Bright Spot Learning Center.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en el documento Orientaciones pragmáticas sobre la importancia de la calidad en la educación para la Primera Infancia en América Latina y el Caribe, establece algunas recomendaciones para esta etapa de aprendizaje en la niñez por parte de todos los involucrados en el proceso:
- Planificación y asignación de recursos: Asegurar la equidad y la efectividad en la prestación del servicio de educación para la Primera Infancia, al igual que desplegar y gestionar eficientemente los recursos financieros, humanos y físicos disponibles.
- Currículo y enfoque pedagógico: Garantizar que niños y niñas en diversos ambientes de aprendizaje accedan a un plan de estudios, lo mismo que a materiales que estimulen su desarrollo y que respondan a sus características culturales e individuales.
- Docentes y directivos: Garantizar que el personal docente y administrativo tiene las competencias esenciales, y que cuenta con las oportunidades de crecimiento, capacitación y apoyo que son necesarias para promover el desarrollo y aprendizaje temprano en la niñez.
- Familias y comunidades: Cerciorarse de que las familias participan activamente en el aprendizaje de sus hijos; colaboran con las comunidades; y fortalecen las prácticas de crianza que promueven el desarrollo infantil temprano desde el hogar.
- Aseguramiento de la calidad: Contar con un sistema coherente para monitorear todos los aspectos de la educación en los primeros años, en especial la calidad y el cumplimiento de estándares.