Siempre debemos ser conscientes del peso que tienen nuestras palabras en la vida de otros, especialmente, si se trata de los niños y las niñas. La forma en las que nos expresamos de ellos influirá en la percepción que tendrán sobre sí mismos en el futuro, e incidirá en la forma en la que se relacionan con otros.

Como bien sabemos, la autoestima es la valoración o juicio que tenemos sobre nosotros, desde el aspecto físico, nuestro comportamiento, pensamientos y emociones, incluso, hasta la forma en la que actuamos ante determinadas situaciones. De allí la importancia que, desde muy temprana edad, nos enfoquemos en desarrollar y fortalecer este aspecto de la vida de manera positiva.

Según el portal web especializado Guía del Niño, existen dos momentos claves para hacerlo: alrededor de los tres años, ya que a esa edad es cuando los niños y las niñas dejan de ser bebés y comienzan a adquirir una mayor autonomía. Es allí donde se hace necesario lograr un equilibrio entre protegerlos al extremo y permitirles crecer, ya que irán aprendiendo a hacer tareas por sí solos. 

Posteriormente, hay que prestar una mayor atención cuando cumplen los ocho años, pues en esta etapa son capaces de reflexionar y compararse con quienes los rodean. Si sienten que no pueden hacer las mismas cosas que otros, es posible que se genere en ellos cierta incertidumbre, ansiedad o tristeza, y que no sepan cómo lidiar con estas emociones.

Para fomentar la autoestima en los niños y las niñas se pueden implementar acciones tan sencillas como destacar sus esfuerzos y logros, además de resaltar su nivel de compromiso con todo lo que se propone. A esto se suma también el darles la libertad que necesitan para que se sienta con la seguridad suficiente de resolver sus problemas, al mismo tiempo que como adultos le prestamos la atención que ello amerita.

La Organización no Gubernamental estadounidense Kids Health explica en su página web otras formas en las que podemos contribuir a fortalecer la seguridad en sí mismos de los y las infantes. A continuación, les comparto algunas de ellas:

  • Ayude a su hijo e hija a aprender a hacer cosas: A cualquier edad, hay cosas nuevas que se puede aprender. Incluso durante su primera infancia, aprender a sostener una taza o dar los primeros pasos provocan una sensación de dominio y placer. Cuando crecen, cosas como aprender a vestirse, leer o andar en bicicleta son oportunidades para hacer crecer la autoestima.
  • Cuando les enseñe cómo hacer las cosas, muéstreles y ayúdelos desde el principio: Después, deje que ellos hagan lo que puedan, incluso si cometen errores. Asegúrese de que tengan la posibilidad de aprender, intentar y sentirse orgullosos. 
  • Elógielos, pero hágalo prudentemente: Por supuesto, es bueno elogiar de forma no excesiva a los niños y las niñas, ya que es una forma de mostrarle que está orgulloso. Pero algunas maneras de elogiar a los niños pueden ser contraproducentes. Una de ellas es cuando se elogia el resultado o cualidades muy específicas y no el esfuerzo.
  • Sea un buen modelo de conducta: Cuando usted se esfuerza en las tareas cotidianas (como rastrillar las hojas, hacer una comida, lavar los platos o lavar el auto), está dando un buen ejemplo.
  • Prohíba la crítica cruel: Lo que los niños y las niñas escuchan acerca de sí mismos en boca de otros se convierte fácilmente en lo que ellos sienten. Las palabras crueles son dañinas y nada motivadoras, por lo que cuando escuchan mensajes negativos, su autoestima resulta dañada. Corríjalos con paciencia.
  • Enfóquese en las fortalezas: Preste atención a lo que hace bien y disfruta, asegúrese de que su hijo e hija tengan oportunidades de desarrollar estas fortalezas. 
  • Permita que ayuden a otros: La autoestima crece cuando los niños y las niñas logran ver que lo que hacen es importante para otros, desde ayudar en casa, hacer un proyecto de servicio en la escuela o hacerle un favor a alguien cercano.