Desde hace varios años, son muchos los especialistas en pedagogía que promueven  e incentivan la transformación de los espacios de aprendizaje, con el objetivo de que estos se vuelvan cada vez más prácticos y funcionales en el sentido de permitir la exploración, promover la creatividad y la resolución de problemas, por tan solo mencionar algunos aspectos.

Es a raíz de ello que cada vez son más los centros de enseñanza que, además de innovar en el tema de la metodología en la que se imparten y comparten los conocimientos, también apuestan porque su infraestructura facilite dicho proceso. Se habla entonces de una integralidad y horizontalidad en el funcionamiento de estos espacios innovadores, como se les conoce actualmente.

Se trata  entonces de que, tanto los infantes como el personal de la institución, puedan desenvolverse y unirse para hacer cosas juntos, como explorar, construir y deconstruir, imaginar, inspirarse y desarrollar cada una de sus habilidades. El que puedan hacerlo de manera conjunta garantiza el intercambio de ideas y un aprendizaje multidireccional.

Los espacios de aprendizaje innovadores se caracterizan por su versatilidad y capacidad de adaptación a las necesidades del niño o la niña en su desarrollo 

La arquitecta costarricense María Alexandra Quirós, quien realizó la tesis Espacios para el aprendizaje del Siglo XXI, explica que desde su experiencia profesional, que los espacios innovadores son los que surgen a raíz de las conversaciones que se tienen con las personas que los habitarán, y entre los que destacan los administradores, personal docente y estudiantes. Con ello se podría determinar el concepto de educación o de aprendizaje que manejan. 

“El aprendizaje innovador implica que cada vez se vaya horizontalizando más la educación, específicamente hacia dejar el uso de la palabra ‘educación’ e implementar la palabra ‘aprendizaje’. Si bien hay una jerarquía entre docentes y estudiantes, ese movimiento hacia la horizontalidad refleja que los profesores también se vuelven aprendientes”, asegura.

Desde su perspectiva, la importancia de que existan estos espacios es que permiten ampliar el espectro en el que podemos adquirir distintos tipos de aprendizajes, sin que la infraestructura nos limite. De allí que se hace necesario establecer una búsqueda paralela entre la tecnología, la comunicación, el aprendizaje y estos espacios, con el propósito de que fluyan de manera conjunta. 

Para la arquitecta, y según su creencia personal, los espacios que frecuentamos y en los que nos desenvolvemos son los que nos definen como individuos, por lo que estos son capaces de limitarnos o impulsarnos hacia el desarrollo. Con la implementación de acciones simples, como las que mencionaremos a continuación, se puede marcar la diferencia:

  1. El contar con un espacio abierto, lleno de luz y con materiales que sean honestos a su esencia, como la madera, la tela,  resulta  importante. 
  2. Tener una variedad en los elementos con los que pueden interactuar los niños y las niñas.
  3. Que el ambiente sea altamente cambiante, que permita la transformación constante para que se ajuste a las necesidades del infante. 

“Bright Spot Learning Center es un espacio que cumple con las características para ser considerado como innovador, porque es un ambiente muy conectado en sí mismo, donde los niños y las niñas no están predeterminados a algo, sino que tienen muchísimas posibilidades para desarrollarse. Nada tiene una respuesta obvia, los juegos son abiertos, están hechos para pensar, para descubrir y darle otro significado a las cosas”, afirma Quirós.