Descubrir el mundo que les rodea se convierte en una excelente oportunidad para que adultos e infantes fortalezcan su vínculo. Hacerlo a través de la lectura, garantiza no solo despertar la imaginación de los niños y las niñas, sino que con ello se les proporcionan herramientas que contribuirán a su desarrollo intelectual y creativo. 

Las palabras tienen ese poder de facilitar el aprendizaje, especialmente entre las edades de los cero a cinco años, porque además del área del conocimiento, también comienza a gestarse su parte emocional. Es así como leerle historias les permite iniciar su proceso al despertar el razonamiento, formar su personalidad, adquirir nuevos conocimientos, entre otros beneficios.  

Es por ello que los expertos recomiendan que el hábito de la lectura se fomente desde, incluso, mucho antes de que el infante comience a hablar. Mostrarle los dibujos que forman parte del libro, ir relatándoles lo que ven, explicarles cómo se llama cada cosa y hasta dejarlos explorar al tocar las páginas, forma parte del relacionamiento positivo.

Promover el hábito de la lectura desde temprana edad contribuye al desarrollo creativo e intelectual, todo por medio de la imaginación.

“Es un hecho que el encuentro con la lectura, al menos desde la primera infancia, tiene que ir relacionado con el hecho que la experiencia sea sensible, emotiva, pero, sobre todo, vivencial. Más allá del hecho de promover la imaginación, también resulta importante sacarle provecho a esta herramienta para ir desarrollando el lenguaje”, explicó Rebeca Chavarría, educadora y directora general de Bright Spot Learning Center.

Según el portal web Guía Infantil, los padres pueden motivar y ofrecer un entorno sociocultural favorable para que el niño se anime a querer aprender a leer, pues esto también favorecerá  el conocimiento de las emociones del niño para que desarrollen formas distintas de expresarse. Los métodos, recursos didácticos, desarrollados por padres y profesores, son muy satisfactorios también.

El organismo técnico chileno Educrea, que se especializa en la formación y constante capacitación de los distintos agentes en el proceso educativo, comparte las siguientes recomendaciones para promover el hábito de la lectura:  

1.- Lectura en etapa preescolar: Para los más pequeños, que aún no saben leer, es muy relevante fomentar la lectura. Una idea es leerles cuentos que capten su atención, que ellos se sientan parte del libro. De este modo tendrán interés por buscar las historias por su cuenta.

2.- Haga que se perciban a sí mismos como lectores: Diferencie entre una rutina tediosa y el hábito, generando espacio para que todos lean. Este espacio debe ser sistemático, vale decir, todos los días, en el mismo horario. Los infantes se percibirán como lectores, visión que los acompañará en su adolescencia.

3.- Jamás utilice como “castigo” el quedarse en silencio leyendo un texto: Esto hará que perciban la lectura como algo desagradable y no querrán hacerlo por cuenta propia.

4.- Cambie el punto de vista: Si queremos hacer de esta experiencia algo agradable y que perdure en el tiempo, debemos distinguir qué puede resultar menos tedioso y más interesante para los niños y las niñas. 

5.- Proporcione una diversidad temática: Como padres y maestros es importante comprender que cada infante es un mundo diferente y, por lo mismo, este punto es esencial para captar el interés de la mayoría de ellos. Es recomendable llevarlos a la biblioteca para que sepan que hay un mundo de historias entretenidas por leer.

6.- Dramatice las historias: Seleccione un fragmento de un texto que pueda resultarles interesante. Analícenlo previamente y luego haga que el niño o la niña lo interprete del modo más expresivo posible. Esto generará interés y los hará pasar un momento ameno.

7.- Compartir los gustos: Que los infantes y adolescentes compartan el gusto por la lectura entre sus pares genera un sentimiento de pertenencia.