Trabajar constantemente en la confianza del niño o la niña, con el objetivo de hacerla cada vez más fuerte, es uno de los principales objetivos del empoderamiento. Con ello, desde temprana edad, serán capaces de ir desarrollando su identidad como individuo y su autoestima en un ambiente familiar y educativo adecuado.

Es así como el acompañamiento se vuelve indispensable en este proceso, porque es un hecho que cada infante tiene un potencial interior, así que lo ideal es estar junto a ellos en ese autodescubrimiento de virtudes y defectos. A través de la toma de decisiones, serán capaces de ir forjando su carácter y aumentando la seguridad y confianza en sí mismos. 

Conocer sus capacidades y fuerza interior les permitirá afrontar con éxito cada una de las situaciones difíciles que se les presenten, pues cuando sientan que las cosas no han salido como ellos o ellas esperaban, siempre el aprendizaje será una recompensa muy valiosa. No se trata de ganar o de perder, sino de haber tenido la capacidad de hacerle frente a la vida desde una forma realista.

“Cuando nos referimos a trabajar en el empoderamiento en los niños hacemos referencia a ese acompañamiento diario que deben tener, tanto en sus hogares como en los centros de enseñanza, en ese proceso de descubrir quienes son. Potencializar sus cualidades y aptitudes, además de trabajar en lo que consideran sus debilidades, permitirán formar los adultos del futuro, seguros de sí mismos, y con una alta autoestima”, afirmó Rebeca Chavarría, educadora y directora general de Bright Spot Learning Center.

Como parte del empoderamiento, nunca hay que quitarle al niño o la niña la iniciativa si ellos quieren ayudar o realizar alguna tarea.

Un artículo publicado en la revista española Sapos y Princesas, hace algunas recomendaciones sobre cómo ayudarles a los infantes a descubrir quiénes son y su valía, para que cada día que pasan se sientan más seguros y forjen su carácter:

    1. Confiar en ellos: Los padres tienen que confiar en las capacidades de su hijo o hija, además de crear un clima emocional de apoyo en la familia basado en la confianza y el amor, por lo que el hogar debe ser ese espacio en el que puedan ser ellos mismos. 
    2. Dejar que se equivoquen: Aunque a nadie le gusta que los infantes sufran, no se debe intervenir constantemente en su desarrollo. Los niños y las niñas tienen que equivocarse, molestarse con sus compañeros, reprobar alguna prueba, ya que deben enfrentarse a emociones negativas como la ira, el miedo o la tristeza e intentar superarlas por ellos mismos.
    3. No sobreprotegerlos: Aunque los adultos tienden, de forma instintiva, a defender a los infantes de cualquier peligro, hay que intentar no sobreprotegerlos, ya que no se desarrollarán con autonomía y confianza en sí mismos. 
    4. Darles autonomía: Los adultos tienen que fomentar siempre la autonomía de los infantes, incentivándolos a que se vistan solos, se laven los dientes y las manos por sí mismos, que organicen sus cosas, todo ello ajustado a su edad.  
    5. Inculcarles una actitud solidaria: Empoderar a los hijos también conlleva ayudar a los demás, sobre todo, a sus compañeros de clase, sus hermanos y sus amigos. Debe aprender a ser valiente contra la injusticia y solidario ante los problemas de los demás. 

Lograr un equilibrio en el empoderamiento hacia los menores es importante, pues no se trata de ser complacientes con ellos, al punto de cederles por completo el mando en cada situación. Es por ello que el periódico español El País propone algunos consejos de cómo fortalecer el autoestima y seguridad en los niños y en las niñas, sin caer en los excesos.

En primer lugar, hay que establecer de manera clara las normas sobre lo que se debe o no hacer, además de asignarles tareas y obligaciones que resulten sencillas para su edad, pues con ello se fomenta la autonomía y la responsabilidad. A ello se suma también el promover la empatía y aprender a ponerse en el lugar del otro, además de enseñarles e inculcar el valor del esfuerzo, sin importar el resultado que se obtenga de ello.

Por último, es indispensable que los adultos que rodean al infante prediquen con el ejemplo, incentivando también una comunicación adecuada basada en la escucha activa y en el respeto. Si desea consultar o solicitar la ayuda de expertos en el ámbito escolar no dude en hacerlo, pues un trabajo en conjunto traerá mejores resultados.