El yoga es una práctica que nos permite conectar el cuerpo y la mente a través de ejercicios de respiración, lo que contribuye al mejoramiento de nuestra condición física y reduce los niveles de estrés y ansiedad.
Precisamente, son estos y otros beneficios los que esta disciplina puede aportar a los niños, y con ella la posibilidad de aumentar su concentración, mejorar su postura y trabajar en su calma y relajación. Si a esto le sumamos la oportunidad de que padres e hijos pueden realizarlo juntos, es un hecho que el vínculo familiar se fortalecerá.
Si bien, el yoga puede ser practicado, incluso, por bebés que tienen tan solo meses, para sacarle el máximo provecho lo más recomendable es comenzar cuando la niña o el niño tiene entre tres y cuatro años de edad, ya que para ese momento pueden comprender cómo hacer cada uno de los ejercicios y realizar las posturas sin forzar el cuerpo.
Motivar a los pequeños resulta esencial, por lo que para captar mejor su atención es importante que la sesión de yoga se realice en un ambiente tranquilo y silencioso, donde se sientan cómodos. Es indispensable que utilicen una ropa ligera para facilitar cada una de las posiciones.
“Los niños tienen una tendencia natural hacia la mímica. Gracias a este gusto por la imitación, y a que gran parte de las posturas de yoga tienen nombres de animales, pájaros, insectos y otras formas bien conocidas para ellos, como el barco, el árbol, puente… no resulta muy difícil idear una breve sesión adaptada a los más pequeños de la casa”, afirmó Cristina Hernández, profesora de Yoga online en www.aomm.tv, al diario El Mundo.
Según la experta, los estiramientos que forman parte de esta disciplina permiten que los pequeños puedan fortalecer sus músculos, además de mejorar su flexibilidad, equilibrio y agilidad, además de mantener la postura correcta de su columna vertebral.
“Se recomienda que las clases de yoga sean adaptadas a la personalidad e intereses de los niños”
También se recomienda que las clases sean las que se adapten a los niños, por lo que será necesario conocer sus personalidades y sus gustos. Una vez hecho esto, se puede recurrir a otras herramientas como la música para estimular todavía más su imaginación y creatividad para llevarlo al punto de relajación que se busca.
“El objetivo es que los pequeños perciban esta actividad como un juego que les permite expresar quienes son, conectarse con sus emociones, hacer ejercicio y fortalecer sus músculos. Sin lugar a duda, el yoga es una excelente alternativa para contribuir al desarrollo consciente de estos niños para que sean buenos adultos”, expresa Rebeca Chavarría, educadora y directora general de Bright Spot Learning Center.
Un artículo publicado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que el yoga es una excelente alternativa para que los niños se conozcan y aprendan a quererse tal cual son, además de que le aporta estos otros beneficios:
- Mejora la postura. Mediante el yoga se fomentan los buenos hábitos a la hora de sentarse, de andar, de estudiar, de practicar deporte, etc. Esto favorecerá al niño en su rutina diaria.
- Aumento de la autoestima. El conocimiento de uno mismo que proporciona el yoga puede ayudar a mejorar la autoestima del niño, que aprenderá a apreciar sus defectos y sus virtudes.
- Calma y relajación. El control de la respiración, la forma de notar como el aire pasa por el cuerpo, son formas de aportar calma al niño.
- Concentración. La práctica del yoga exige concentración, por lo que el niño aprenderá a no distraerse al realizar esta actividad y podrá utilizar esa habilidad a la hora de estudiar, por ejemplo.
- Diversión. La diversión no puede faltar cuando se trata de niños. Cada postura se asocia a un animal o a un elemento natural, por lo que los niños se divertirán imitando a la rana, al cisne o al escorpión.