Todos nos sentimos estresados en diferentes momentos del día o de la semana. El trabajo, las obligaciones, el trajín, la pandemia, los pagos, los horarios…muchas cosas nos hacen perder la calma. Si a usted le pasa a menudo, es importante que tenga claro que a sus hijos también les podría pasar y con más frecuencia de lo que usted cree, ya sea por situaciones propias de su edad o producto de la tensión que le transmitimos cuando estamos estresados.
Tener esto claro, le permitirá a usted atender las señales de alerta y a intervenir en el momento oportuno.
Señales de Alerta
Falta de sueño o de apetito, retroceso de comportamientos, actitud negativa y miedos exagerados, son solo algunas situaciones que deberían tomarse como señales de alerta.
También es importante tener claro que el estrés no es del todo malo. En dosis moderadas puede ayudar a un niño a esforzarse con trabajos de la escuela o a dar su mejor esfuerzo en una competencia. Sin embargo, cuando esa tensión es contínua o particularmente intensa, tiene repercusiones tanto en la psiquis como en el cuerpo.
La revista Healthy Children en su artículo Cómo ayudar a los niños a manejar el estrés, acota al respecto: “los eventos estresantes repentinos acelerarán la respiración y los latidos de su hijo, le contraerá los vasos sanguíneos, le aumentará la presión arterial y la tensión muscular y, tal vez, le causarán malestar en el estómago y dolores de cabeza. A medida que persiste el estrés, podría ser más susceptible a enfermedades y tener fatiga, pesadillas, bruxismo (rechinar los dientes), insomnio, berrinches, depresión y puede irle mal en la escuela”.
Ayúdeles a Entender
Sus beneficios en niños son reconocidos en Reino Unido, Canadá, Holanda, Estados Unidos o Australia, países en los que se está introduciendo en las escuelas de manera progresiva. “La intención es aprovechar la edad en la que el cerebro del niño es mucho más receptivo a dichas prácticas”, comenta la revista La Mente es Maravillosa.
Adriana Cordero, psicóloga y asesora en el tema del mindfulness, considera que esta práctica permite, por medio de ejercicios, reducir el estrés tomando distancia de las emociones y los sentimientos. “Es una forma de brindarles a los niños (y a los adultos también) herramientas que contribuyan a mejorar los impulsos, desarrollar su inteligencia emocional para su mayor bienestar”.
“Un niño estresado es un niño triste, poco creativo, sin ganas de estudiar o relacionarse”, Rebeca Chavarría C., educadora y directora general de Bright Spot. Es por eso que los centros educativos deben ser un complemento para los hogares en este tema y contribuir en el desarrollo socioemocional del menor. Nosotros en Bright Spot dedicamos una parte importante de nuestro horario a actividades relacionadas con esta práctica. Creemos que los niños deben tener los recursos para encontrar en sí mismos formas de lograr el autocontrol y llegar a ese lugar interior en el que se sientan seguros y tranquilos”.
Señales de que un niño está estresado
- Falta de sueño o apetito
- Pesadillas, alteraciones en el sueño
- Miedos exagerados (a la oscuridad, animales o a separarse de sus padres)
- Cambios en el apetito
- Dificultades en el habla
- Retroceso de comportamientos
- Mostrar más agresividad de lo normal
- Comportamientos para llamar la atención
- Actitud negativa hacia sus hermanos
- Irritabilidad
¿Qué hacer? - Hable con su hijo sobre la ansiedad que puede estar sintiendo. Comenten juntos sobre los qué está pasando y por qué
- Ayúdele a hacer respiraciones profundas y lentas
- Acarícielo, el contacto físico es importante
- Promueva en él las actividades físicas, creativas y artísticas. Por ejemplo, aprendan juntos canciones infantiles
- Trate de que duerma suficientes horas en un ambiente tranquilo que le permita a alcanzar un sueño profundo
- Limite el uso de tecnología
- Limite el consumo de comida chatarra
Fuente: Rebeca Chavarría C., educadora y directora general de Bright Spot.
Beneficios del Mindfulness
- Potencia el autocontrol (menos agresividad)
- Mejora el autoestima y el respeto a sí mismo
- Incrementa sensación de paz, calma y serenidad
- Mejora el rendimiento académico, ayuda a gestionar la ansiedad ante situaciones (exámenes por ejemplo)
- Fortalece la resiliencia
- Agudiza la capacidad de atención y foco
- Potencia la atención
- Mejora el sueño
- Reduce el estrés, la ansiedad y la depresión
- Disminuye los pensamientos negativos y las preocupaciones
- Mejora la empatía, la compasión y la inteligencia
- Reduce el miedo
Fuente: Adriana Cordero, sicóloga y asesora en el tema del mindfulness